Causas de la prostitución:
Desempleo y subempleo:
Muchas personas poseen empleos
permanentes con ingresos suficientes que les permite cubrir sus necesidades e
incluso un eventual ahorro; en cambio otros, poseen oficios eventuales o
pasajeros, donde las ganancias son inciertas, por lo que deben recurrir a otras
fuentes de ingreso.
También se encuentra el
desempleo, en el cual es más notable la incapacidad para asumir gastos. En
muchas familias con esta dificultad se pone de manifiestos la obligación de
efectuar diversas tareas y con ingresos insuficientes. En muchos casos la madre
e hijos se tienen que dedicar a ventas ambulantes al detalle, ofrecer sus
servicios como trabajadores del hogar o trabajos en constructoras mal
remunerados.
Las hijas se ven expuestas a
situaciones más críticas, poco habilitadas para trabajos que generalmente se
designan a varones, se ven forzadas a aceptar cargos como meseras, auxiliares
de oficina, y otros en los cuales las posibilidades de mejorar sus condiciones
de vida son escasas, e incluso muchas veces se inclinan por otras actividades
como la "venta de su cuerpo".
Pobreza y condiciones de vida:
La pobreza, en gran parte de los
casos, es el punto de partida para que una persona llegue a la condición de los
trabajadores sexuales comerciales: el mayor número de menores, adolescentes y
jóvenes prostituidos proviene de los estratos bajos de la sociedad. Sin
embargo, esto no es suficiente como explicación causal, pues no toda persona
indigente se prostituye. A la situación de pobreza se suman otros factores
predisponentes. Puede verse, analizando el caso particular de la pobreza, que
producto del acceso restringido al mercado laboral, la condición de vida de los
miembros de las familias empobrecidas se ve seriamente afectada. Esto se
traduce en las siguientes características: hábitos alimenticios precarios, vestimenta
raída y precaria, carente muchas veces de los servicios básicos, educación
inicial truncada, escaso acceso a los bienes de consumo, entre otros. Esto da
como resultado una baja autoestima de las personas y una escasa y tergiversada
visión de sus derechos y deberes sociales. De esta manera, las condiciones de
vida se hallan condicionadas por el poder adquisitivo de los individuos. La
pobreza implica un escaso poder adquisitivo, lo cual redunda negativamente en
las condiciones materiales de existencia.
Violencia y desintegración familiar:
Muchas veces se ha señalado esto
como una causa principal, gran parte de prostitutas(os) provienen de hogares
disfuncionales, donde había faltante de miembros como padre o madre (no
significando que en toda familia donde falte una figura paterna existirá un
miembro que se dedique a la prostitución, o que exista algún tipo de violencia
tanto física como psicológica)
En la violencia intrafamiliar,
los hijos están más expuestos, porque ellos son los testigos presenciales de
los ataques entre cónyuges. Los niños desde temprana edad se ven en situaciones
que atentan contra su seguridad y desarrollo integral, y en el mayor de los
casos, hasta contra su propia vida, por el abandono, la desnutrición y los
golpes recibidos que afectan también su personalidad. Asimismo; la ausencia de
uno de los padres y su eventual reemplazo por una madrastra o un padrastro, los
conflictos internos, las presiones económicas y sociales, los desajustes
emocionales, la sustitución de roles en los menores que deben asumir funciones
impropias para su edad; afecta directamente al niño, quien crece carente de
afecto y recibiendo toda la influencia negativa, lo que indudablemente conlleva
traumas emocionales, inseguridad, baja autoestima, resentimiento y agresividad.
Abusos sexuales:
La violación y otras formas de
abuso sexual son una de las causas más comunes para que las personas opten por
el camino de la prostitución, y de ésta no están libres los varones ni las
mujeres. Según diversas fuentes consultadas, entre ellas la publicación de La
Razón: "Llama la atención que gran parte de los casos de violación haya
sido cometido en el seno de la familia por personas cercanas a los menores,
sean éstos los padres, hermanos, primos, tíos, entre otros."
Lo anterior implica en muchos
niños, niñas y adolescentes, verse expuestos a una iniciación sexual precoz, a
relaciones incestuosas y, a los riesgos de una maternidad temprana y a la
incorporación a la prostitución, lo que ocasiona su discriminación social y la
marginación.
Madres solteras:
Un embarazo en condiciones de
dependencia de la familia por parte de la joven, puede conducir a su rechazo
del propio núcleo familiar. El abandono del hogar es la salida inminente, y la
prostitución, una secuela previsible. Esta situación se ve agravada cuando la
joven carece de formación académica que le permita enfrentar la vida. Ser madre
soltera puede ser, además de una causa, un efecto de esta situación. En este
último caso, la vida de una mujer prostituta podría reproducirse en sus
hijos(as).
Para las mujeres prostituidas, la
maternidad supone una responsabilidad enorme y a la vez una razón de vivir; la
situación puede sobrellevarse, aunque con muchos sinsabores. La depresión, por
ello, es una moneda corriente en aquellos casos en que una mujer debe mantener
sola a sus hijos, y la desesperación es también frecuente al no hallar una
solución a la situación.
Ninfomanía:
Se refiere a la exaltación del
apetito sexual en la mujer. Es característico su insaciabilidad sexual y su
búsqueda constante de nuevas relaciones sexuales. Suele ser una mujer
inestable. En ocasiones la ninfomanía lleva a la prostitución. Sus causas son
muy diversas, como por ejemplo, la falta de cariño paterno o materno en la
infancia, neurosis, trastornos hormonales, debilidad mental, entre otros.
"Es el equivalente femenino de la satiriasis. Sin furor uterino,
andromanía, uteromanía, histeromanía, mesalinismo”
La ninfomanía no es lo mismo que
promiscuidad sexual, porque la mujer promiscua escoge a sus compañeros. Aun
cuando es posible que ella también pueda ser emocionalmente inestable, sus
necesidades sexuales no son excesivas en forma inevitable. Por otra parte, la
ninfómana sufre estado de intensificada excitabilidad genital, que la compele a
desechar inhibiciones sociales o ideológicas y buscar el alivio a cualquier
precio. La ninfómana puede aceptar dinero, o puede pagar por el placer así como
insistir en que su pareja "cumpla su deber conyugal".
Otras causas:
Las decepciones amorosas, el
abandono de la pareja, el bajo nivel de instrucción, valores y normas (pérdida
progresiva o afirmación con el grupo primario), y socialización de los roles
sexuales.
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