Un recorrido por los hoteles de paso con las prostitutas de La Merced

La Merced es uno de los prostíbulos más grandes del mundo que opera las 24 horas. En este barrio de la Ciudad de México hay cerca de 3000 mujeres laborando, de la calle San Pablo hasta Corregidora. Varían en número, pero siempre hay alguien trabajando. Aún en las noches gélidas, las más audaces visten ombligueras y minifaldas alrededor de una fogata. El padrote, el hotelero, el cliente, los hijos apremian y hay que satisfacerlos. El negocio da y en cantidades demenciales. El Foro de Viena para Combatir la Trata de Personas, considera que la explotación sexual es el tercer ilícito más lucrativo del mundo, sólo debajo del tráfico de drogas y de armas, y que anualmente produce ganancias estimadas entre 32 mil y 36 mil millones de dólares. En México es el segundo, sólo debajo del narcotráfico.

Me di la misión de recorrer algunos de los hoteles de paso de este legendario barrio junto a sus mujeres. 

HOTEL REGINA, EL TOUR COMIENZA
Comencé por el Regina, ubicado en la calle del mismo nombre, a espaldas del metro Pino Suárez. Me condujo Allison, quien trabaja por las tardes en la esquina de San Pablo y Cruces. Me convence su desenfado: "Te va a gustar tanto que vas a querer regresar cada ocho días", dice sonriendo. Apenas cruzamos la puerta de la habitación, le pago 150 pesos del servicio básico —además de los 100 de la recepción—. Cuando le explico que solo quiero platicar, se molesta: "Yo vengo a trabajar y no a contar sobre mi vida", me reprocha. Apenas si dice su nombre. A pesar de todo, me agrada iniciar mi tour en estas calles. Asentado sobre la antigua traza de Tenochtitlán, por este mismo barrio deambularon ofreciendo sus servicios las monamacac y las ahuianime, antiguas prostitutas aztecas. Incluso Diego Rivera pintó a una elegante ahuiani en uno de sus murales de Palacio Nacional. Ya para la época colonial, sobre Mesones se instalaron los primeros prostíbulos oficiales de la Ciudad de México, con lo que nos dejan en claro que desde hace siglos este es su territorio.
NECAXA, LA PROSTITUTA TOJOLABAL
La esquina de San Pablo y Topacio poco a poco ha sido conquistada por una veintena de lozanos rostros veinteañeros que trabajan en los hoteles San Marcos (calle Mesones) y Necaxa (afuera del Metro Merced). En éste último conozco a Eli, una prostituta tojolabal de 19 años a quien le gusta el reguetón. Cada que su padrote se va y la deja sola en el hotel donde viven, acostumbra ir con sus amigas a bailar los sábados por la noche. La última vez terminó "bien peda y vomitando en el taxi", me cuenta entre risas. Aunque no quiere que se entere su padrote porque la podría golpear.

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